Curar a veces,
Aliviar a menudo,
Consolar
SIEMPRE
Tomo prestada la frase que se atribuye al médico francés Adolphe Gubler y que es portada de un libro de Joaquin Collabed ya que creo que refleja claramente lo que los médicos deberíamos recordar a diario.
En nuestra práctica diaria intentamos obtener un diagnóstico correcto y un tratamiento óptimo para cada paciente que visitamos. No obstante, a pesar de los grandes avances, en muchas ocasiones no sabemos qué ocurre ni como afrontarlo.
Es entonces cuando debemos recordarnos que parte de nuestra labor es acompañar, escuchar, conectar con las emociones que envuelven a nuestros pacientes, sin interferir ni juzgar.
Haber dedicado unos años de mi carrera profesional a la Medicina de Familia me ha permitido visualizar al paciente de una manera global, sin focalizarme únicamente en la enfermedad.
Esta perspectiva global es también imprescindible para aquellos que se dedican a la Medicina de la Reproducción.
Mi primera residencia vía MIR fue para especializarme en Medicina de Familia y posteriormente me especialicé en Ginecología y Obstetricia.
Realicé el Máster en Reproducción Humana y actualmente trabajo en un Centro de Reproducción Asistida.